Laly Goyzueta: «He superado cosas difíciles y aquí estoy, viva y feliz»
La simpática actriz que encarna a la dulce Silvia en Solo una Madre, nos contó sobre su vida y proyectos
Laly, entraste al modelaje casi de casualidad
Sí. De chica soñaba con ser bailarina de ballet, pero era muy muy tímida. Además, era muy estudiosa, entonces en mi casa nunca me perfilaron como artista… Tampoco pedí que me metieran a clases, entonces no le dimos importancia.
Pero un día, cuando acababa de entrar a la universidad, fui a Sears y una chica me preguntó si quería modelar. Ellos organizaban unos desfiles dentro de la tienda y, si me animaba a participar, tenía que hacerlo ese mismo día. Como no tuve tiempo para pensarlo mucho, me lancé. Ese fue el empujón que necesitaba para hacer lo que siempre había querido hacer y no me atrevía. Y ya después me metí a clases de modelaje.
Y de ahí entraste a la televisión
Una amiga de la universidad que hacía prácticas en una productora me invitó a un casting para un programa de televisión. Me eligieron y grabamos varios pilotos de lo que fue Casino 4. Y así empecé. Al principio no fui actriz, pero en el fondo de mi corazón lo quería.
Parece que estaba predestinado, porque fuiste a México de vacaciones y te llamaron de Televisa
Sí. Yo era modelo acá de El Baúl de la Felicidad y también estaba en el grupo Candela. Fui a México de vacaciones y me invitaron a la entrega de los premios Los Heraldos. Justo me sentaron en el lugar en el que las cámaras enfocan al público. En ese evento se me acercó un fotógrafo, me preguntó de donde era, qué hacía y qué me gustaría hacer. Le dije que quería estudiar actuación. Y a los tres días salió una nota en el periódico en la que salió mi foto y pusieron que yo había ido desde Perú, como si fuera la gran personalidad… Días después me llamaron por teléfono de Televisa y me propusieron entrar a su escuela.
¿Qué tal la experiencia?
Estuve 3 años y medio en México. Me fue muy bien como modelo pero no como actriz. Empecé a hacer comerciales pero, como no estaba sindicalizada y el sindicato allá es muy fuerte, no tenía oportunidades. A veces me pasaba el día haciendo 10 castings pensando que me tenían que llamar por lo menos de uno. Fueron años duros.
Vivir en México, más que formarme en la actuación me formó el carácter. Me dio el tener el coraje de luchar por mis sueños y ser valiente.
Cuando eras modelo aquí ganaste el concurso “las piernas más lindas del Perú” organizado por la Revista Globo. Has contado que eso te jugó un poco en contra…
Tuve sentimientos encontrados. Lo que pasa es que me crucé con personas malintencionadas que me decían: “Tú eres solo un par de piernas” y eso se quedó algún tiempo en mi corazón. Sufrí por eso. Muchos no se cansaban de decírmelo y yo pensaba: “Tengo que demostrar que soy más que eso”. Cuando en verdad no tenía que demostrarle nada a nadie. Pero bueno, era chibola e insegura..
Y ahora nadie duda que eres una gran actriz con una importante trayectoria
Sí. Si hubiera tenido las cosas fáciles no hubiera crecido tanto. Soy perfeccionista y no me gusta la mediocridad. Nunca he dejado de estudiar, lo último que hice es mi licenciatura en comunicaciones. Soy una guerrera bien guerrera y súper chamba. Estoy desde el año 88 en la televisión y mantenerse en este medio requiere esfuerzo, punche, ganas y claro, talento.
Ahora, ¿cómo te tomas las críticas?
Las escucho, por supuesto. Pero ya sé diferenciar cuando hay mala onda. Trato de ver de dónde vienen y no me las creo. Si mis directores me dicen que le meta punche a alguna escena es diferente a que alguien me diga que estoy en la televisión por mis piernas. Eso ya fue hace muchos años, ¡qué flojera! Pero igual, comparto mi historia por si a alguna chica le pasa lo mismo. A veces, cuando eres más chica no tienes las cosas tan claras y hay personas destructivas.
¿Cómo fue ese proceso de aceptación?
Fue un proceso lindo. La persona que influyó mucho en que yo me aceptara y quisiera es mi esposo. Mariano, definitivamente, es una pieza importantísima en mi vida, porque él me hizo ver cuánto valía. Él fue quizás la persona a la que más le creí y de ahí me la empecé a creer yo y me quité esa inseguridad. Cuando conocí a Mariano yo sufría bulimia y él fue mi bastón durante ese proceso, hasta que me curé. Tengo mucho que agradecerle, especialmente porque tenemos una familia maravillosa. Yo no sería la misma si no hubiera estado con Mariano. Y creo que él tampoco sería el mismo. Mutuamente nos hemos influenciado y creo que eso es lo importante.
Juntos son mas que dos
Exacto. Pero no es romance, es realismo… No es que todo sea color de rosa siempre, pero tenemos un compromiso. Nos apoyamos y echamos la mano y creo que en eso no hay quien nos gane.
Y eso que al principio no le dabas mucha bola. Vi en una entrevista que les hicieron que al principio te cayó antipático…
Lo que pasa es que la primera vez que lo vi me piropeó y eso me dio cólera. Era todo lanza y yo pensaba “¿Qué le pasa a este desubicado?”. ¡Fue loco porque me pareció antipatiquísimo!
¿Te pareció guapo?
Ni siquiera lo miré, porque me cayó tan mal… Pero después, cuando lo volví a ver fue bien dulce. Y lo que más me enamoraba es que me escuchaba, le prestaba atención a todo lo que le contaba. Y así, empezamos a coincidir y a trabajar juntos y las cosas se fueron dando rápidamente. Como no nos hemos conocido chibolos, ya cada uno sabía lo que quería en la vida, entonces, ya no hubo tanto disfuerzo.
¿Cómo es su relación?
No somos tan románticos. Más nos gusta molestarnos, reírnos. Compartimos mucho los 3, con Enzo nuestro hijo. Claro que con Mariano también tratamos de mantener nuestra esencia de pareja. Ser novios de nuevo, eso no se puede acabar.
Dices que desde chiquita tu mayor sueño era tener una familia
Sí, por eso es mi mejor regalo. Para nosotros lo más importante es compartir. Nos encanta viajar, pero cuando nos quedamos en casa igual nos divertimos. Vivimos la vida con entusiasmo. Somos aventureros, nos gustan las cosas simples.
Yo amo los viajes, porque eso sí te marca. Las cosas materiales no te las llevas a la tumba.. A mí me fastidian porque soy la reina del mercado de Magdalena. ¡Amo ir ahí! Todos mis caseros me tratan con tanto cariño… Esos momentos simples de la vida me encantan. Soy muy perfeccionista en muchas cosas pero en otras prefiero ser simple.
Mariano, tu esposo, fue stripper y ahora es personal trainer y nutricionista. ¿Cómo hacen? Me los imagino haciendo ejercicios todo el día…
Mariano llegó de Argentina para trabajar en una discoteca. Él era fisicoculturista y como tenía un cuerpazo lo llamaron para ser stripper… ¡Bueno, tiene un cuerpazo, en realidad! Pero ni creas que mi casa es el palacio del apio, simplemente nos alimentamos sanamente.En la carrera que tienen el físico es importante. ¿Le temen al paso del tiempo?
Todos evolucionamos. Los años pasan y no te vas a quedar encasillado en una cosa. Yo creo que siempre va a haber nuevos retos. Por ejemplo, llegó un momento en el que yo le dije a Mariano: “Oye, tú ya vas a ser el abuelito de los strippers. ¡Tienes que ponerte las pilas!” y aquí cumplió su sueño de estudiar actuación. Y bueno, en mi caso, yo siento que cada edad tiene sus papeles. Antes podía hacer de la chica sexy y ahora tengo personajes más maternales. Amo actuar, pero también doy clases de pilates, que me encanta. Además, tengo otros proyectos y planes.
¿Nunca te dio celos el trabajo de Mariano?
Él es súper profesional. Ahora es personal trainer y es muy carismático. Está rodeado de chicas regias… Nunca me he puesto celosa, no me ha dado motivos. Tenemos mucha confianza.
¿Y cuáles son esos proyectos y planes que tienes?
Cuando fui a ver la película Abzurdah, que trata de los desórdenes alimenticios, pensé que sería bueno compartir las cosas que he vivido. Siento que soy una sobreviviente porque he superado cosas difíciles y aquí estoy, viva y feliz.
Entonces, junto a mi amiga Marinés Gutiérrez que es psicóloga y coach, creamos un grupo de conversación de mujeres con el objetivo de lograr un mejor conocimiento de nosotras mismas. Las chicas que estuvieron en ese taller se sintieron protegidas y contenidas por otras personas que las entendían y salieron felices, con un montón de metas y sueños por cumplir. A raíz de eso nos estamos encaminando para volverlo a lanzar.
¿Cómo se llama el grupo?
Se llama Suelta la mochila porque justamente es eso. Las mujeres llevamos una mochila de problemas y creencias que debemos soltar. Por eso, me parece súper importante regresar a lo primitivo, donde las mujeres se juntaban, hacían comida juntas como una comunidad… Me gustaría tener una casa para la mujer y dar talleres, grupos de apoyo en los que las mujeres nos podamos encontrar, nos sintamos vivas.
Fotografías por Renzo Díaz.
Styling: Fiorella Milla y Steffani Rojas
Maquillaje: Steffani Rojas
Vestidos: Privat
Agradecimiento especial a Kristel Su Wing
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