Ximena Díaz: una mujer de armas tomar
Sabe bien lo que quiere y trabaja para conseguirlo. Esta sensual actriz sigue abriendo puertas y tendiendo puentes para cumplir sus sueños
Ximena Díaz empezaba a ser reconocida como actriz en el Perú cuando decidió viajar a Argentina para seguir estudiando. Sus planes de quedarse dos meses por allá se convirtieron en 8 años, pues tuvo la oportunidad de sumarse al elenco de «La Malparida», una de las telenovelas más sintonizadas del horario estelar, y conducir un programa del canal Utilísima.
Todo iba muy bien cuando decidió regresar a Perú para abrirse camino nuevamente en el mundo de la actuación. En el 2012 participó en el musical ‘Chicago’ y en la telenovela ‘La Tayson’. Luego, vino la película ‘Loco cielo de abril’ y la serie ‘Al Fondo hay Sitio’. Y en estos días interpreta a Paula en ’Bajo Terapia’, la obra que noche a noche se presenta a sala llena en el Teatro Marsano.
Cuando pasabas por un buen momento aquí decidiste ir a Argentina y cuando estabas en un buen momento allá, decidiste volver. ¿Por qué?
Me interesa crecer y hacer cosas que me gusten mucho. Soy un espíritu que necesita estar en cambios para seguir conociendo y aprendiendo.
Fui a Argentina porque quería estudiar en un taller que duraba 2 meses. Luego, las cosas se fueron dando y terminé quedándome 8 años. Cuando sentí que había crecido a nivel personal y laboral decidí regresar a Perú. Tenía ese deseo de recuperar el espacio que había dejado libre al haberme ido, así que regresé para poner en práctica todo lo aprendido. También, extrañaba mucho a mis padres y amigos.
Muchas personas hubieran elegido quedarse en una zona de confort que, en tu caso, era realmente confortable, porque aquí te estaba yendo muy bien…
Sí. A veces me pregunto en qué lugar estaría hoy si me hubiera quedado aquí. Volver a empezar o retomar siempre cuesta porque este medio es así, pero yo no reniego de eso. Si elegí esta carrera es porque siento pasión por ella y me interesa aprender y crecer.
Fuiste a Argentina a tocar puertas
Llegué a Buenos Aires, empecé a estudiar y a la par empecé a tocar puertas. Yo siempre he sido la que ha ido a buscar. Voy, me presento: hola, qué tal, mírame, hazme un casting…
Es mejor a quedarse esperando que venga alguien a descubrir tu talento
Muchos actores se quejan cuando le dan a otro la oportunidad que ellos esperan. A mí, la verdad, eso me parece una gran pérdida de energía y tiempo. Creo que uno tiene que enfocarse en sí mismo y no estar mirando al otro.
Y además de haber logrado abrirte camino como actriz, terminaste trabajando con personas que admirabas, como el actor Gabriel Corrado y el director de teatro Daniel Veronese ¿Qué se siente?
Hay momentos en los que digo ¿Cómo pasó? En el caso de Daniel, por ejemplo, cuando estaba en Argentina siempre iba a ver sus obras y pensaba: ¡quiero trabajar con él! Y ahora, en Bajo Terapia, ese deseo se cumplió. Él es el director original de la obra y vino a Perú a participar en la puesta en escena.
A veces pasan cosas que uno dice: ¡Qué lindo el lugar en el que estoy! Pero eso yo lo busqué. A mí nadie me ha regalado nada. Me ha costado mucho trabajo y me sigue costando conseguir cosas, pero eso me da una satisfacción más grande.
Estudias mucho, además
Sí. Creo que un actor nunca termina de formarse. El año pasado viajé a España, me tome dos semanas para llevar un taller con Gabriel Chame que es un clown muy conocido. Y ahora que estoy en la obra y he tenido las mañanas libres he llevado 2 talleres, uno sobre Shakespeare con el director español Darío Facal y otro con Sergi Belbel, dramaturgo y director español.
Estás explorando todos los géneros. ¿Cuál es tu favorito?
Me gusta mucho la comedia. Tanto el drama como la comedia me gustan, pero se me da con facilidad la comedia.
Pero es más difícil hacer reír que hacer llorar…
Sí, pero la comedia nos da la ventaja de poder tratar temas que son difíciles de tratar, como hacemos en ’Bajo Terapia’. Si la obra fuera un drama de repente no sería tan atractiva para el público. Y, en realidad, que sea comedia no le quita profundidad.
Eres administradora de empresas, ¿cómo te diste cuenta de que actuar era lo que querías hacer?
Terminé la carrera de administración y recién a los 23 años empecé a estudiar actuación. Un día, estaba viendo una película y me puse a pensar… Me di cuenta de que no estaba actuando porque tenía miedo de que me dijeran que no era buena actriz. Y bueno, me dije: ¿Por miedo vas a dejar de hacerlo? Y decidí meterme a un taller para que, por último, me digan que la actuación no es lo mío.
¿Y qué pasó?
Hoy, a mis 38 años, puedo decir que es lo que adoro hacer. Evidentemente, me sirve lo que he estudiado porque tengo una formación de administradora que me permite generar lo mío, pero me di cuenta de que la actuación es lo que me apasiona y donde realmente pongo el corazón.
Nunca te quedas con la duda y te escuchas a ti misma…
Tiene sus pros y sus contras pero sí. Me observo mucho y me escucho. De adolescente, todo me generaba ansiedad, pero lo lindo de cuando uno se va haciendo grande, si es que has trabajado en eso, es que te das cuenta de que siempre hay algo para hacer. O estudias o armas algo tuyo. Y ahora, cuando tengo esos momentitos de ansiedad sé cómo deshacerme de ellos.
Los personajes que has interpretado son mujeres sexys, de armas tomar. Siempre destacan y tienen una fuerza especial ¿Eres así?
Creo que soy sensual. Me considero bastante femenina. Si me escogen para esos personajes es porque proyecto eso y me siento cómoda con mi cuerpo. Yo siempre digo que no es lo mismo ser sensual que sexual. Yo defiendo mucho la sensualidad de una mujer y me peleo cuando escucho comentarios incluso de una mujer refiriéndose a otra mujer, criticando su manera de vestir, por ejemplo. Yo digo pues si ella quiere y se siente feliz, pues está bien.
¿Hay algún personaje que quisieras hacer?
Me gusta mucho mi personaje en El regreso de Lucas, que se estrenará pronto. Interpreto a una fiscal que se mueve en el mundo masculino y de mucha corrupción. Me gusta la mujer valiente, que encara los problemas y tiene autoridad.
¿Qué te enseñan tus personajes?
Los actores tenemos que querer y entender a nuestros personajes. Ellos nos enseñan a no juzgar. A ser más abiertos para poder entender a los demás. Las personas a veces no hacen las cosas porque son malas sino porque la situación los lleva a ser o hacer lo que hacen. Por eso considero que el arte es muy importante, porque sensibiliza y permite que uno tenga la capacidad mucho más generosa y abierta de mirar al otro.
Hablando de Bajo Terapia, además de ser una de sus protagonistas eres una de las responsables de la puesta en escena en Perú. Después del éxito que está teniendo, ¿vas a seguir trayendo obras argentinas?
Sí. Yo conseguí los derechos de Bajo Terapia. Mi mamá es argentina y desde que estaba en su panza me llevaba allá. Ahí tengo una casa y grandes amigos, así que me siento en familia. Mi idea es generar un puente entre Perú y Argentina, y hay varias obras que quiero traer.
¿Qué recomendarías a los jóvenes que quieren empezar la carrera de actuación y si sienten que no tienen oportunidad?
Que lean mucho y vayan a ver obras. Y si encuentran alguna que quieren hacer, pues háganlo entre amigos. No importa si la presentan en el patio de su casa, pero háganla. La clave de todo es hacer.
Y tú, después de Bajo Terapia, ¿qué tienes planeado hacer?
Me voy a Buenos Aires a ver a mis amigos del alma, ver mucho teatro y concertar reuniones para las cosas que me gustaría hacer.
Se te ve tranquila y feliz.
Sí. Y no porque crea que mi vida es lo mejor o que todo sea maravilloso. Pero esta es mi historia y la estoy viviendo. Soy muy feliz con la Ximena de hoy y sé que eso es el resultado de los 8 años que viví en Argentina, a nivel profesional y laboral. Me parece que este era mi camino.
Estoy bien tranquila, disfrutando mucho el momento de haberme reencontrado con mis padres que son lo más hermoso de mi vida y mi perra a la que amo. Ya no siento ansiedad. A veces, la gente te pregunta ¿por qué no te casas?, ¿por qué no tienes hijos?, pero la verdad es que eso a mí no me genera ansiedad para nada.
Fotos: Renzo Díaz
Peinado y maquillaje: Fernando García
Styling: Fiorella Milla & Steffani Rojas
Un agradecimiento especial a Marzio Díaz
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