Andrea Luna brilla en el escenario del Teatro Ricardo Blume interpretando a Reiko en la obra Música y demuestra que es mucho más que una cara bonita. Este año, también, debuta en el cine con “Sangra. Grita. Late!” película que en pocos meses se estrena en las salas locales y que ya ha obtenido importantes reconocimientos en el extranjero: ha ganado el premio del público en Houston Latino Film Festival y quedó finalista en Austin Film Festival.

¿De niña soñabas con ser bailarina de ballet?
Veía mucho arte en mi casa. Mi papá canta y toca guitarra, mis tíos son artistas plásticos y bailan flamenco, tengo una prima que es bailarina de ballet, un primo que es guitarrista y otro que es pianista… Yo quería ser bailarina, pero como mis papás trabajaban mucho nunca me pudieron llevar a clases y me quedé con esa frustración.

Pero igual te fuiste abriendo camino en el arte. Empezaste como modelo y tiempo después te metiste de lleno a la actuación…
Estudié en Estados Unidos y aunque en el colegio hacía deportes y estaba en el coro, en verdad, como vivía en Miami, me la pasaba en la playa. Siento que en mi época escolar no cultivé lo que realmente me gustaba hacer, que era bailar y actuar. Entonces, apenas llegué a Lima, sentí la necesidad de recuperar el tiempo.

Y sí que lo recuperaste. Hiciste una cosa tras otra, primero en el modelaje y después has hecho teatro, televisión y cine. Y el año pasado grabaste una canción. ¿Eres de las personas que cuando quiere algo hace que eso suceda?
Sí, soy bien chancona y me muevo bastante. Cuando aún estaba en Miami sabía que iba a regresar a Lima. Entonces, desde allá me contacté con agencias de modelaje para que me representen. Así, poco a poco empezaron a presentarse los castings. Al poco tiempo empecé a actuar en América Kids, sin haber seguido ningún curso de actuación.

Para muchos, la fama es el fin y no la consecuencia de actuar, pero tú, a pesar de haber conseguido ingresar a la televisión, te seguiste preparando
En ese momento estudiaba comunicaciones y tenía mucha intuición. También, soy muy arriesgada, no me chupo, ¡así que me metí pues! La productora me dijo que tenía que estudiar y entré a la academia de Bruno Odar.

Y hace poco, para poder grabar tu primera canción, llevaste clases de canto
Llevé unos cursos de canto en Nueva York con una profesora muy buena. Acá pude llevar muchos más. Igual yo no me considero cantante. Soy una actriz que canta un poco.

¿Actuar es lo que más te gusta?
Es mi zona de confort. No soy bailarina, no soy cantante, soy actriz. Pero sí puedo bailar y puedo cantar y me gusta. Me gustaría aprender a tocar un instrumento, eso me falta.

¿Quieres grabar más canciones?
De chica también soñaba con ser cantante, pero las cosas se presentaron diferente. Igual yo no he dejado mis sueños. He hecho “Ven junto a mi” una balada muy bonita y me gustaría grabar un disco.

Estudiaste periodismo, ¿Te gustaría ejercer?
Mi carrera para mí siempre fue una base, porque mis papás me decían que no iba a poder vivir del arte, pero yo me he pagado mis estudios modelando y actuando… Me faltan 3 cursos para terminar, pero no puedo llevarlos aún por falta de tiempo. El noveno ciclo lo hice con las justas y se me cayó un poco el pelo del stress. Me falta hacer esto. Lo quiero hacer pero tengo miedo de no lograrlo o no sé, que me caiga el pelo, desmayarme, hiperventilarme ja ja.

¿Escribes?
Escribo algunas cosas pero nunca he escrito una canción y todavía no me he arriesgado a decir: “Ay miren, lean mi obra”. Voy a hacer un personaje pronto de una periodista y estoy muy entusiasmada por eso, pero no sé si en algún momento ejerceré.

El ritmo de los actores es muy fuerte. Su día de trabajo puede empezar muy temprano y terminar muy muy tarde
Si, por ejemplo ahora la función de Música termina bien tarde y mientras se me baja la energía ya es de madrugada. Por eso, me cuesta levantarme temprano. Igual algunos días tengo que hacerlo porque estoy ensayando otra obra con Mateo (Chiarella, director de la obra Música). Trato de aprovechar mi tiempo pero sé que no debo matarme sino no llego con fuerzas a la función.

También eres empresaria. ¿En qué momento haces todo?
Bueno, esto de la tienda está gracias a mis padres, en realidad. Yo siempre he estado ligada a la moda y quería tener una marca. Un día, me llamaron de la feria de Jockey para ofrecerme un stand a cambio de publicidad en redes. Entonces, era el momento de lanzarla. Uno de mis mejores amigos es diseñador de modas así que él me ayudó. Empezamos a trabajar y nos fue muy bien. Entonces, pusimos la tienda.

Por qué crees que te pasan estas cosas. ¿Crees en la suerte?
Es suerte pero trabajo también. He trabajado duro para lograr mis sueños. Además, si atraes buena energía te vienen cosas buenas. Yo no espero nada a cambio pero sí me pasan cosas buenas.

Dices que no te gusta ser sexy ni sensual, que no te sientes así. ¿Alguna vez has sentido que tu físico, más que ayudarte, ha sido un impedimento para conseguir un papel?
Sí. Al inicio de mi carrera me decían: “¿Pero tú de qué puedes hacer, de chica sexy?” Yo decía: “OK, he modelado varios años pero también he estudiado actuación. ¡¡¡Y por algo Bruno Odar me dio la oportunidad de protagonizar Romeo y Julieta, la tragedia de Shakespeare!!!” Muchas veces no me querían dar la oportunidad hasta que fui demostrando que podía y las cosas se fueron dando.

Pero es que eres una mezcla de niña inocente y femme fatale. En un momento se te ve tierna y dulce pero te maquillas, te ponen frente a una cámara y te transformas
Me lo han dicho muchas veces y creo que es una de las razones por las que mis personajes son medios así. En esta obra, por ejemplo, funciona muy bien, porque Reiko es frágil pero a la vez es fuerte. Eso pasó también cuando hice “El hombre del subsuelo” con Josué Mendez. A él le gustó eso, esa mezcla rara que creo que es innata. Antes me molestaba, porque no quería que me encasillen, pero ahora lo tomo como una herramienta de trabajo.

Claro, tampoco es que sea siempre así. En Mi amor, el wachimán no eras tan sexy que digamos. Tampoco en tu papel en Solo una madre, que eras una mujer dulce pero bastante lejos de ser femme fatale
No me considero ni sexy ni sensual, odio esas palabras. Pero sí sé que puedo hacer un papel así. Cuando hice el casting para la película Sangra. Grita. Late! de Aldo Miyashiro, por ejemplo, tenía que hacer de niña y después de una prostituta muy sexy. El que más me costó hacer fue el de la prostituta, porque me daba vergüenza, pero a la hora de grabar la peli ya me solté.

¿Te has sentido acosada alguna vez?
Sí. En verdad me molestan mucho en la calle. Así me ponga ropa suelta, me dicen cosas horribles. Me siento realmente acosada. En redes también. Antes más, cuando modelaba. Yo era bien chiquita pero igual me decían cosas horribles.

He visto también que te han escrito para ofrecerte ser dama de compañía. ¿Cómo manejas esto?
Muchas veces me han escrito para eso, pero una vez dije “Ay, ya no me voy a quedar callada, voy a publicarlo”. Me enfurece mucho cuando me invaden, pero mi papá me ha dicho que no me enfrente a la gente agresiva. No porque no se lo merezcan, sino por seguridad.

El otro día yo estaba sola, caminando cerca de mi tienda y un taxista me dijo un montón de cosas que no voy a repetir. Y justo le agarró la luz roja. “¿Qué me has dicho?”, lo enfrenté. Y me respondió: “Yo no te he dicho nada, enferma”. Me dio tanta cólera que le vacié toda mi botella de agua encima. Pero hacer eso también es peligroso porque puede agredirme, cortarme, hemos visto que ahora hasta te pueden quemar.

¿Sientes que las mujeres están alzando la voz? Acabas de decir que es peligroso, sabes que fue arriesgado, pero en algún otro momento quizá hubieras agachado la cabeza
Yo estaba al lado de un chico y le decía “mira, mira, lo que está pasando”. Y todos alrededor se dieron cuenta y decían “sí pues, le está faltando el respeto”. Esto es un movimiento que se está dando a nivel mundial. Siempre hemos vivido en una sociedad violenta, solo que ahora estamos saliendo a decir nuestra verdad.

Música, a pesar de ser una obra ambientada en el Japón de los 60s, trata un tema que sigue vigente ¿Crees que el teatro es una buena herramienta que invita a la reflexión?
Reiko ha sufrido un gran trauma. Creo que puede ser cualquier mujer y las mujeres que vengan a ver la obra se van a sentir identificadas, porque vivimos en una sociedad violenta. Creo que el teatro tiene mucho poder. En algún momento, hasta se han cancelado obras porque «no es conveniente» que la gente las vea. Es que el público siempre se va con un mensaje, por eso el teatro puede cambiar formas de pensar, puede cambiar vidas. En esta temporada a mí me esperan al final de la función para saludarme y agradecerme. Siento que he movido algo en ellos y eso es muy rico. Siento que la gente está conectando conmigo, que estoy haciendo un buen trabajo y me dan ganas de seguir trabajando.

Se habla mucho del machismo, pero entre mujeres podemos ser enemigas también. ¿Alguna vez te ha pasado algo así?
En esta profesión no todos son tan generosos pero, felizmente, con los que me he rodeado son bastante generosos, buenos y entregados. Me pasó algo con una actriz mayor que yo, que intentó hacer algo feo, pero ya no la veo. Igual siempre va a haber cierto recelo, pero en el modelaje he sentido eso muchísimo más. Están más pendientes de la otra: “Ella es más bonita o más alta por eso tiene más trabajo”, “A ella sí la han llamado para esto por haberse metido con tal persona”. En concursos de belleza he visto que se esconden los tacos, se cortan los vestidos, desaparece el maquillaje.

¿Alguna vez te hicieron algo?
En el Miss Teen Perú, estaba apurada porque tenía que salir a escena a la ronda de preguntas de las finalistas. Me estaban arreglando el vestido y dije: “Ay, me falta el labial”. Una persona de producción se ofreció a pintarme pero me hizo una línea con el labial casi hasta la oreja. Me dijo: “Ay, perdón, se me corrió” y me dejó así, sucia y se fue. ¡Yo me quedé traumada! Tenía 16 años y estamos hablando de una persona que hizo algo a propósito y con maldad. Me tenía cólera no sé por qué, porque yo no le había hecho nada. Probablemente tenía otra favorita.

Dices (y se nota) que tu familia es muy importante. Tu papá maneja tu carrera, tu mamá tu tienda. Son muy unidos, lo hemos visto en la sesión de fotos. ¿Sueñas con tener hijos o no piensas mucho en eso?
Para mí, la familia es lo más importante. Sin ellos no podría hacer nada. Siempre están a mi lado y son mi soporte en mis altas y bajas emocionales. No sé si sueño con tener una familia. Es raro. No me imagino sin mi papá y mi mamá y mis perros. Eso es como mi mundo. Me da un poco de miedo ese paso importante.

¿Estás en tu mejor momento?
Estoy en el momento que tanto he esperado. Me están considerando para hacer personajes importantes en el teatro y, también, tengo otra propuesta para hacer cine. Quiero seguir haciendo castings para el extranjero, que es lo que he venido haciendo desde hace unos meses con Tondero. Quiero continuar con mis personajes fuertes pero quiero volar, irme, viajar.

Fotos:Luis Muñoz
Iluminación: Miguel Ángel Manrique
Dirección de arte & styling: Cecilia Boza
Maquillaje: Sandra Solari
Peinado: Toque X
Ropa: Andrea Luna Boutique
Un agradecimiento especial a: Suzetti Hananel y Emma Solari