¿Cómo cuidar a los adultos mayores durante el aislamiento?
Belisse García-Godos, médico psiquiatra y terapeuta, nos cuenta qué podemos hacer para que el grupo más vulnerable ante el covid-19 se sienta más seguro.
Todos sabemos quiénes son los más vulnerables ante el covid-19. Los medios de comunicación nos lo repiten a cada rato, de repente para intentar que los que aún no llegamos a esa edad no entremos en pánico. Pero, ¿qué pasa con los adultos mayores? Ellos, además de ser más propensos a tener complicaciones de salud si contraen el virus (y tenerlo bastante claro), son los más afectados por el estrés que genera el aislamiento social, especialmente si viven solos.
“Esta situación de pandemia hace que las personas mayores y con enfermedades crónicas se preocupen más. Entonces, son más propensos a desarrollar ansiedad y depresión”, dice Belisse García-Godos, médico psiquiatra y terapeuta. “El ser humano no está hecho para aislarse, pero es necesario que lo hagamos. Estos días hemos sentido miedo, preocupación, tristeza, confusión, cólera y mucho más, pero nos toca compartir y cuidarnos entre todos. Podemos hacer que estos días en casa no sean tan caóticos y hasta agradables.”, continúa.
¿Qué es lo mejor que podemos hacer con los adultos mayores en estos días de aislamiento social? Hacerlos sentir que están seguros. Para lograrlo, la especialista en salud mental, aconseja:
Mantenerlos informados. Circula demasiada información que lo único que hace es confundirnos y eso nos afecta mucho más. Entonces, tenemos que tomarnos el tiempo de compartir con los adultos mayores noticias provenientes solo de fuentes confiables, como las que aparecen en la página de la OMS. Explicarles qué es lo que pasa y, juntos, derribar los mitos y especulaciones. Ojo que de lo que se trata es de conocer información certera, no sobresaturarse con lo que pasan en los medios de comunicación.
Conversar. Es probable que muchos de los adultos mayores que conocemos hayan pasado por otro aislamiento y tengan grandes historias para compartir con nosotros. Esta una buena manera, también, de hacerles sentir que este también pasará.
Acompañarlos. Si no vivimos con ellos, podemos acompañarlos por teléfono. Llamarlos todos los días o hacer videollamadas. Si tienen nietos, debemos asegurarnos de que conversen con ellos. Todos sabemos el poder que tienen los pequeños para animar a sus abuelitos.
Calmarlos. Dejarlos que se desahoguen y nos cuenten cómo se sienten. También, podemos hacer con ellos ejercicios de relajación como meditar, hacer estiramientos o aprender técnicas de respiración. Está comprobado lo eficaces que son para reducir el estrés.
Darles soporte. Decirles que es normal lo que sienten y que nosotros también estamos preocupados ante la incertidumbre, pero que seguro resolveremos juntos las situaciones que se presenten.
Distraerlos. Incluirlos en nuestras actividades recreativas. Podemos ver películas, entretenernos con juegos de mesa, intercambiar gustos musicales, etc.
Engreírlos. Prepararles la comida o postres que les gusta, tomarnos un tiempo para leerles algo… hay muchas maneras de reconfortarlos y demostrarles nuestro cariño.
Cuidarlos. Es importante que verifiquemos que descansen bien y tomen sus medicamentos.
Limitar el contacto físico. Sabemos que es la mejor manera de evitar la propagación del virus. Si vamos a hacerles las compras debemos tener mucho cuidado y seguir todas las medidas de prevención.
Con la cuarentena nos hemos visto obligados a bajar el ritmo, lo que también ha traído consecuencias felices. Estamos priorizando nuestra salud física y mental y aprendiendo a disfrutar de la compañía de las personas con las que vivimos. También, nos estamos volviendo más sociables, empáticos y solidarios. Muchos de nosotros ni siquiera conocíamos a nuestros vecinos. No sabíamos a quién teníamos al frente, literal, y ahora tenemos la gran oportunidad de vivir en comunidad y confirmar, día tras día, que las acciones que creíamos pequeñas tienen una gran repercusión. Que todo afecta a todo, que todos somos uno. Ahora nos toca cuidar a los adultos mayores, no solo a los de nuestra familia, también a nuestros vecinos y a todos los que podamos.
La doctora García-Godos recomienda, además, y sin importar la edad que tengamos, “aprovechar estos días para hacer actividades para compartir, para reencontrarnos, para preguntarnos cómo estamos, para pasarla bien, para conversar más”. Y, muy importante, tratar de mantener nuestra rutina respetando las de los demás, dividirnos las tareas y tener nuestros momentos de privacidad. Así, viviremos en armonía. Y, cuando venga la angustia, recordar que este aislamiento social va a acabar y que tiene un propósito. Teniendo en mente que todos estamos haciendo ciertos sacrificios por el bien de todos durante unos días, seguro lo pasaremos mejor.
Sigue a la doctora, aquí: Belisse García – Godos
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