El hombre del circo
Caleb está acostumbrado a ser siempre "el extraño". Gran parte de su vida ha transcurrido en un remolque y en la calle. No fue al colegio, pero ha conocido gran parte del mundo. Actualmente, viaja con sus caballos para presentar sus números de acrobacias
Caleb tiene 29 años. Vivió con sus papás y su hermano en un remolque hasta los 14 años, edad en la que se unió a su otra familia: la del circo.
Nunca ha pisado un salón de clases. Durante muchos años, viajó con su familia por Estados Unidos, Canadá y Europa en busca de festivales callejeros que les permitieran exhibir su arte, así que fueron sus padres los encargados de enseñarle matemáticas y a escribir. Aprender todo demás, corrió por su cuenta. Se dedicó a leer muchos libros y, a medida que fue creciendo, las calles le enseñaron más que un aula de cuatro paredes.
Gracias a esto, actualmente habla 3 idiomas: inglés, francés y español, ha conocido muchas culturas y ha hecho grandes amigos. En Perú, trabajó como domador de caballos en La Tarumba durante 15 meses, la mayor cantidad de tiempo que se ha quedado en un lugar.
Su madre es directora de teatro y poeta, su padre tiene un grupo de música, camina en la cuerda floja y hace malabares. Caleb es el único artista de la familia que actualmente trabaja con caballos. Antes de eso, era lanzador de cuchillos. Su audacia y sus nervios templados permitieron que su papá y compañero de número salga ileso, siempre.
A los 14 años empezó su disciplina con estos animales. Su hermano mayor empezó a trabajar con ellos y, aunque a Caleb al principio le asustaban, poco a poco fue enamorándose de ellos. Poco tiempo después, ya trabajaba en un circo en Florida, haciendo saltos mortales sobre su caballo, mientras galopaba. También, saltando dentro de un aro de fuego, mientras el caballo pasaba por abajo.
¿Accidentes? ¡Claro que ha tenido! Alguna que otra quemadura, pero nada grave. No tiene miedo a lo que pueda pasar, porque “si tienes miedo, no funciona”. Ahora tiene 2 caballos, uno de 3 y otro de 6 años. Los 2 son machos y viven con él. Viajan juntos en su remolque por todo Estados Unidos y Canadá. Un remolque de 15 metros que está perfectamente acondicionado para la familia: Tiene una casa adelante, al medio hay espacio para 3 caballos y atrás entra el auto.
Cuando deben recorrer una gran distancia, los 3 dejan el remolque y van en avión. Claro, luego de pagar un pasaje de 10 mil dólares por cada caballo. Ellos viajan muy tranquilos, pues ya están acostumbrados. Saben, además, que son los hijos y socios de Caleb. Él los alimenta, los cuida y los quiere. Y, cuando llegan a Estados Unidos y se tienen que quedar en cuarentena, se angustia.
El amor de este hombre del circo por los animales, es grande. Tiene con ellos una conexión natural. Además de caballos, ha trabajado con zebras, monos y camellos. Cuando estuvo en Perú, adoptó un búho andino que apareció de repente en la hacienda donde estaba. El animalito era tan chiquito que no podía volar, así que Caleb lo bautizó como Harpo y se hizo cargo de él. Fue su gran compañero durante la temporada que estuvo aquí. A él si no se lo pudo llevar, pues como no es un animal doméstico, no es bienvenido en Estados Unidos.
Este guapo hombre de circo, que alguna vez hizo fotos y comerciales de televisión para los medios italianos, conquistó a Renny, a quien conoció cuando ambos trabajaban para Cavalia y con quien se casó después de 4 años de ser enamorados.
¿Quieres tener hijos? Sí, cuando la vida sea más tranquila. ¿Y eso qué significa? Necesito reparar mi remolque y comprar más cosas para que mi trabajo sea más fácil. Cuando tenga una vida un poquito más segura, entonces ya. ¿Entonces, es importante el dinero? ¡Claro que sí, maneja al mundo! Pero no trabajo para tenerlo. Con los caballos el dinero entra y sale.Estamos acostumbrados a pensar que tener una vida segura es tener más dinero, comprar una casa más grande, pero para Caleb es tener un remolque apto para niños. Porque «Casa grande o casa pequeña, si tienes un corazón grande la casa no importa».
¿Qué es lo que más le gustaría en la vida? Hacer música con su papá y su hermano, pues además de ser acróbata, también toca guitarra y canta. También, volver a Perú, para reencontrarse con sus amigos del circo y disfrutar de la comida rica que existe en todos lados.
Fotos: Renzo Díaz
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