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    Vida Vian

    Está permitido frustrarse en cuarentena

    Marilú La Puente, coach ontológica y terapeuta familiar, y Sybille Lindley, educadora, tienen buenas noticias para los papás de hijos pequeños.

    Vivir en la incertidumbre nos estresa a todos. Pero, en estos tiempos de coronavirus, hay un grupo de personas que, además de eso, tiene que lidiar con el colapso de la rutina familiar que tanto esfuerzo les costó conseguir. Por supuesto, hablamos de los padres de niños pequeños.

    Porque una cosa es tener que modificar nuestra rutina y adaptarnos para seguir cumpliendo con cada uno de nuestros roles cuando todos los que compartimos el hogar somos independientes y, otra, muy diferente, cuando vives con maravillosos seres que dependen de ti para todo y, además, las circunstancias te obligan a hacer todo a la vez. Y, claro, hacerlo bien.

    No estamos de vacaciones, estamos en emergencia
    Los mensajes por redes sociales y de WhatsApp les dicen a estos papás que aprovechen al máximo este tiempo con sus hijos, que es un regalo. Es verdad, todos los padres quisieran disfrutar más a sus pequeños, siempre y cuando no estén en medio de una videollamada de trabajo y su jefe o cliente tenga que escuchar “Mamá tengo hambre”, “Estoy aburrido”, “Mi hermano me hizo esto”, “No me quiero bañar” y un largo etcétera.

    Ser padre/madre, trabajador/empresario (o lo que sea que hagan como proveedores del hogar) y, además, atender las necesidades de todos y sintiéndose agradecido por ello, puede ser realmente frustante. ¿La buena noticia? Sentirse frustrado es bueno y demostrarlo lo es aún más.

    “La resistencia a una situación que padecemos y cómo nos desesperamos por “solucionar” cuanto antes aquello que nos aqueja para no sufrir es precisamente lo que nos produce sufrimiento», dice Marilú La Puente, coach ontológica y terapeuta familiar. “Es increíble cómo cuando “estamos contentos” por algo, no podemos realmente estarlo, pues estamos ocupados previniendo que esa alegría no acabe. Y cuando estamos sufriendo por algo, intentamos escapar lo más rápido que podamos pues, obviamente, nadie quiere sufrir. No queremos vivir lo que toca, lo que está, lo que es”, continúa.

    Entonces, de lo que trata, es de asumir la situación. Vivirla con todo lo que trae. Nadie dice que será fácil, pero la cuarentena nos enfrenta querámoslo o no a nuestra falsa idea de control, así que “debemos tomar el mensaje que nos trae, aprender y continuar el camino. Ante esta incertidumbre podemos de una buena vez, aprender a mirar solo lo que hay: el hoy.”, agrega.

    Pero no solo eso, la experta dice que, además de trabajar en nosotros mismos, es un tiempo valiosísimo para practicar y enseñar inteligencia emocional a los pequeños en casa. “Los padres siempre me preguntan cómo hacer para que su hijo aprenda a ser tolerante a la frustración y yo les respondo que frustrándose. Frustrándose para entrenarse en la tolerancia». ¿Cómo aprendimos a caminar, cocinar, manejar…? Pues haciéndolo”. Y en este tiempo toca aprender a incomodarnos, aburrirnos, fastidiarnos un poco, sostener un conflicto.

    Jugar para poder seguir
    “Llegó el momento de expresar las emociones”, dice Sybille Lindley, educadora que junto a Marilú La Puente dicta talleres de habilidades sociales y autoestima para niños. “¿Cómo vamos a enseñar a nuestros hijos a expresar lo que sienten si nosotros no lo hacemos? Vivimos corriendo, escapando, previniendo, cuidándonos de no sufrir. Bueno pues, hoy no hay escapatoria. Es un buen momento de aprovechar para conectar, registrar, sentir, tolerar, reflexionar, parar” explica. Además, recomienda tomarse un momento, cada vez que se pueda, para registrar las emociones en familia. ¿Cómo lo hacemos? “Dibujando o escribiendo lo que sentimos, lo que pensamos, lo que nos preocupa. Y, de esa manera, reflexionar sobre la situación que estamos viviendo.

    Muchos papás seguro pensarán que no tienen tiempo para jugar. La idea no es que lo tomen como una obligación, sino como un momento terapéutico que ayudará a todos los integrantes de la familia a recobrar la tranquilidad. Y para seguir con las buenas noticias, sacar por un momento el niño interior y dar rienda suelta a la creatividad los ayudará a ser más productivos. Además, y esta información es muy importante, el juego fomenta la autoridad en casa. “Cuando el padre o la madre juegan con sus hijos, les van mostrando las cualidades que tienen. Los niños se dan cuenta de que son divertidos, entretenidos, creativos, tolerantes, pacientes, etc. Y esas cualidades le hacen ganar un prestigio que fortalecerá el respeto, algo muy necesario para la convivencia familiar», asegura Sybille.

    La educadora los invita a ver las cosas de manera diferente. Dejar de lado el terror a la frase “estoy aburrido” y aprovechar ese momento para inventar y reinventar juegos juntos. “No necesitamos videojuegos ni lujosos juguetes. Con objetos simples y reciclados y materiales no estructurados podemos dejar volar nuestra imaginación. A través del juego libre y espontáneo transformamos el mundo exterior. Es una gran oportunidad para mejorar las cosas en el futuro”.

    Así que papás, está bien sentirse frustrados. Está bien demostrarlo. Les va a hacer muy bien dejar de lado por un momento las responsabilidades laborales sin sentirse culpables por ello. Y a sus hijos les va a servir muchísimo que los ayuden a expresar sus emociones. Es el momento perfecto para que las familias empiecen a comunicarse más, lo dicen las expertas.

    Si están interesados en participar en sus talleres de habilidades sociales y autoestima, este es el teléfono de contacto: 991-946388.

    Por Sandra Roncagliolo

    viernes 20 de marzo, 2020