Su historia parece salida de la ficción. Cuando cumplió 18 años, decidió que quería vivir en Paris. No sabía a dónde llegar o a qué dedicarse, pero si hay algo que caracteriza a Jercy es la falta de miedo. “Sentí una fascinación por Paris desde que era muy niño. Si sabes lo que quieres, ¿por qué no hacerlo?”, cuenta riendo.

AÑOS DE MODA
Jercy utilizó primero su talento en la cocina para ofrecer un servicio de comida peruana, pero lo más fascinante de Paris era la moda. Si nunca había pensado en diseñar, ahora solo quería trabajar en la industria de la magia sobre pasarelas. Entró a una tienda mientras estudiaba Comercio de Lujo. Escalando posiciones, con un poco de suerte y el arrojo que da tener una meta clara, Jercy llegó a Director Comercial en el Grupo Barbara Bui, y a ser comprador para Kabuki. Esta experiencia lo puso a manejar marcas como Prada, Dior, e YSL. En el lado más exclusivo de la moda, Jercy destacó por su ética de trabajo y ganas de aprender. Sin embargo, en medio de una carrera exitosa, otra vez quiso un cambio.
Fue en esta búsqueda personal, que involucraba una reconexión con sus raíces tras años fuera, que regresó a Perú a dictar un taller junto a Titi Guiulfo. La diseñadora que destaca por su trabajo con artesanos expertos y el uso de materiales peruanos, lo llevó a dictar un taller en Puno. Jercy estaba contento. Regresó a Europa a retomar la rutina, pero unos meses después dejaba todo y se mudaba a Lima. Era hora de volver.
“Veía el crecimiento de la moda, y también aquello que faltaba. Quería ofrecer calidad real, tanto en diseño, como materiales y costuras, pero haciendo que este sea accesible”, cuenta Jercy sobre la primera meta. Acostumbrado a trabajar duro, empezó con un pequeño espacio en Miraflores en el 2009. Hoy tiene dos boutiques y su marca no solo ha desfilado en varias ediciones del LIF Week, sino también en el Fashion Week de Vancouver y en Who’s Next de Paris.

VISIÓN MACRO
Proveniente de un mercado altamente competitivo, Jercy tiene la idea de que el éxito de un diseñador depende también del éxito de los demás. “Se trata de abrir puertas porque hay mercado para todo. A los diseñadores nos toca apoyarnos entre nosotros, hacer del crecimiento de la moda un trabajo en común. Lo cierto es que un sector no crece de a uno”, explica. Es por esto que luego de ver el crecimiento de Evolèt, sus planes empezaron a moverse. Primero, años trabajando en Paris lo habían dejado con varios contactos importantes. Así pudo invitar a Meche Correa, Enrique Delriu y Chiara Macchiavello a presentar piezas en Changer La Mode Pour Le Climat, exposición de moda que se dio en el marco de la COP 21, a donde asistieron los principales miembros del gobierno francés.
Otro ejemplo es Parures 2015, una exposición de trabajo artesanal, con quién él gestionó la muestra de piezas peruanas. Fue en ese año, y con el buen resultado de ambos eventos, que decidió nuevamente empezar algo nuevo.IT PROJECT
“Quería una plataforma que no le costara al diseñador, y donde el trabajo no fuera solo personal, sino que en el montaje y concepto haya espacio para una exploración creativa en conjunto”, cuenta Jercy sobre la idea. Acostumbrado en Paris a desfiles que salen de la pasarela, decidió aprovechar la historia de la ciudad y tomar espacios emblemáticos para los desfiles. El primero fue en la Casa del Artesano, casona barranquina del sXIX. El segundo en la Casa García Alvarado, y la más reciente edición tomó por completo la Casa Prado.
Siempre desfilan un mínimo de 4 marcas. Tres establecidas y una que pise por primera vez la pasarela. Tanto Inmaculada como Den Távara tuvieron su debut en It Project. Este año, en la tercera edición, el evento tuvo por primera vez un invitado internacional: el colombiano Erikó. Antes del desfile, un poco de arte. La edición en la Casa Prado incluyó una muestra fotográfica, dos de pintura, dos de joyería, una instalación retrospectiva a cargo de Omar Valladolid, y una exhibición sobre el algodón orgánico, dirigida por Titi Guiulfo.

LA NUEVA COLECCIÓN
A pesar de sus ocupaciones múltiples, y del crecimiento que espera para la cuarta edición de It Project, Jercy no descuida diseño ni clientas. “Este año nos hemos salido de los vestidos por un estilo elegante pero deportivo”, cuenta sobre los looks, donde abunda el blanco con acentos de color, así como cortes que recuerdan más a la era hip hop que a los diáfanos vestidos de la colección pasada. “La mujer que visto es muy elegante, a la vez que ama sentirse joven y que disfruta del cambio constante”, dice sonriente. Como su vida, sus colecciones son siempre un giro, pero todas tienen un elemento común: la total falta de miedo.