Agustin Ortega es peruano, pero como muchos de los jóvenes de su generación, se fue del país a buscar las oportunidades que aquí no encontraba. El destino que eligió fue Montreal, Canadá y fue con el objetivo de estudiar cocina.

Aunque al principio no le fue nada fácil adaptarse –tuvo que aprender francés y, antes de obtener el diploma de cocina, le fue bastante complicado conseguir trabajo– Christian Ferreira, chef ejecutivo del Marriot Montreal Chateau Champlain, le dio la oportunidad de trabajar con él y se convirtió en su mentor.

Así, Agustin fue sous chef del hotel por 6 años. Después, se mudó a Australia y trabajó en importantes hoteles y restaurantes de diferentes ciudades como el Hilton Brisbane y Ortiga. También, trabajó en el casino del Bistro Guillaume y fue executive sous chef del Silverwater Resort, en Philip Island, entre otros, durante 6 años más.

El año pasado asumió un nuevo reto en su carrera. Se convirtió en el head chef de Mill House, un boutique bar underground a gran escala que de lunes a sábado reúne a jóvenes de edad –y de espíritu– que van en busca de buena comida y diversión.

El lugar
Mill House se encuentra en el sótano del edificio histórico Tomasseti, que fue construido en 1851 para albergar un molino de harina. Este edificio, que se encuentra en Flinders Lane, una de las calles más importantes de Australia, en un futuro cercano se convertirá en un backpacker de lujo que tendrá un bar en la azotea y a Mill House en el sótano. El primer eslabón de este proyecto es Mill House, que deja ver las huellas del pasado en su decoración estilo almacén. El lugar ha sido acondicionado para que sus visitantes puedan almorzar, comer, tomar, bailar o todas las anteriores.

La comida
Agustin fue el responsable de sacar adelante este proyecto y, por supuesto, crear la carta desde cero. El reto para este chef que creció con sabores latinos, aprendió a cocinar con técnicas europeas y trabajó siempre para hoteles 5 estrellas, fue entonces hacer comida para bar.

¿El resultado? Comida divertida que combina técnicas europeas con un toque latino, específicamente peruano. Las opciones de la carta satisfacen tanto a quien va a almorzar como a quien va a tomar algo después de la oficina. Y en ella se puede notar la herencia peruana: hay cebiche, pan con chicharrón y peruvian fried chicken, entre otras varias opciones. Las porciones generosas de los platos también son herencia peruana, asegura Agustin.

Y para acompañar, ofrecen una gran variedad de bebidas: cervezas artesanales, cócteles, vinos y sangría hecha en casa (blanca y roja).

Así que si están en Melbourne y buscan pasarla bien en un ambiente relajado con comida deliciosa y música en vivo, Mill House es la mejor opción. Si de casualidad (o a propósito) pasan por ahí, pregunten por Agustin. Este chef que, aunque ahora es ciudadano canadiense y australiano, lleva a Perú en el corazón. Y como buen peruano ha prometido que siempre los hará sentir en casa.