El pánico, tan contagioso como el coronavirus
Ian Falvy, médico geriatra, nos cuenta por qué mantener la calma es tan importante como lavarse las manos.
Tan importante como lavarnos las manos para no contagiarnos de coronavirus, es asegurarnos de que las noticias que compartimos vienen de fuentes confiables, para no contagiarnos de miedo.
La responsabilidad social también incluye que seamos más selectivos con la información que consumimos. Aún se conoce poco sobre este virus, pero iremos sabiendo más. Mientras tanto, es muy importante evitar tanto el contagio físico como el contagio psicológico. ¿Por qué? Porque si nos dejamos llevar por el pánico, corremos más riesgo.
“La gente se preocupa mucho por lo que debe comer para fortalecer el sistema inmune, pero se olvida de lo importante que es tener un buen estado mental. Es verdad que seguir una dieta balanceada nos da las herramientas para tener una buena inmunidad, pero ahorita que estamos en medio de una pandemia, no existe un alimento específico que nos ayude a prevenirla. Lo que es importante es no entrar en pánico, porque la tensión, la depresión y la tristeza son factores que disminuyen las defensas”, dice Ian Falvy, médico geriatra. “Si estamos constantemente leyendo cosas inadecuadas y entrando en pánico por no filtrar bien la información, pueden bajar nuestras defensas y estaremos más proclives a contraer una enfermedad como esta y que se complique”, continúa.
Hay que seguir las recomendaciones, pero de los expertos
“Hay que romper el mito y no estar hablando tanto. Están diciendo una serie de tonterías, como que hay que comer cuy para reforzar el sistema inmune. Me han pedido más de una vez que hable de eso y siempre digo que no, porque no hay que decir cosas que no son», dice el médico.
La sobreinformación sobre un tema poco conocido aumenta la ansiedad. Y en esta época en la que solo se necesita un dispositivo con internet para difundir una noticia, debemos ser especialmente cuidadosos con lo que ayudamos a viralizar. No todo es bienintencionado y muchas veces, más que ayudar, estamos contribuyendo al pánico colectivo.
Debemos tener claro que, como dice el doctor Falvy, “la mayoría de personas infectadas no va a tener un estado grave. Por lo menos el 80 a 85% va a tener síntomas menores. La población de mayor riesgo son los adultos mayores que tienen las defensas bajas como consecuencia de alguna enfermedad. Es decir que un factor clave para que el virus sea mortal es que el sistema inmunológico esté débil”.
Entonces, si no estamos dentro del grupo de riesgo ¿por qué debemos evitar el contacto social? Para ganar tiempo. ¿Tiempo para qué? Para evitar que colapsen los servicios médicos. Una de las cosas que sí sabemos del coronavirus es que tarda en manifestarse. Así que, mientras los profesionales de la salud y las autoridades intentan resolver la situación, nosotros podríamos estar infectados sin saberlo y andar por la calle contagiando a otras personas. Y si esas personas hacen lo mismo, contagiarán a otras personas y así sucesivamente. Y, claro, cuando el virus llegue a las personas que tienen las defensas bajas ya sabemos lo que sucederá.
Lavarse las manos y mantener la sensatez
El impacto es grande y es verdad que hay motivos para preocuparse, pero parar la propagación del coronavirus es responsabilidad de todos. Todos sabemos lo que hay que hacer y, la verdad, es que es bastante simple. Se resume en ser buenos ciudadanos. Acatar el aislamiento social obligatorio que ha ordenado el presidente Martín Vizcarra, seguir las recomendaciones de los expertos de la salud y quedarnos en casa. Enfrentemos esta pandemia todos juntos con serenidad, solidaridad y responsabilidad.
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