Nataniel Sánchez
Su nombre significa “regalo de Dios” y ella asegura sentirse como tal. Esta simpática actriz de energía desbordante nos cuenta sobre su vida y sus proyectos.
Su nombre significa “regalo de Dios” y ella asegura sentirse como tal. Nataniel Sánchez reparte su tiempo entre las grabaciones de «Al Fondo hay Sitio», su trabajo como jurado en «Sueña Quinceañera» y los ensayos de «Mamma Mia!» Esta simpática actriz de energía desbordante nos abrió las puertas del departamento que comparte con Hércules, Minina, Lorenzo y Cachito (un perro y 3 gatos que rescató de la calle), para contarnos un poquito sobre su vida y sus proyectos.
Estás trabajando mucho
Sí. La estoy pasando bien, trabajando duro y aprendiendo un montón. ¡No sabes lo feliz que me siento de participar en el elenco de «Mamma Mia!»!
¿Siempre quisiste ser actriz?
Desde muy chiquita sabía que quería ser actriz. Cuando terminaba de hacer mis tareas me ponía a ver las novelas mexicanas. Después, apagaba la tele y me ponía a hacer las escenas.
Estás cumpliendo tu sueño…
Yo soy la prueba de que los sueños se hacen realidad. Recuerdo que veía «Travesuras del Corazón» y me quedaba pegada cuando salía Yvonne Frayssinet, pensando que quería ser como ella. Tiempo después, cuando grabé mi primera novela «Un amor indomable», ella fue mi mamá en la ficción, y ahora, desde hace 8 años es mi nona en «Al Fondo hay Sitio». ¡Imagínate!
¿Cuál es el secreto?
Trabajar. Los sueños se cumplen pero nada es gratis. Yo trabajo desde los 10 años y siempre he dado lo mejor de mí. Cada vez que se me presenta una oportunidad soy la más chambera, responsable y chancona.
¿Y qué pasa si no se te presenta esa oportunidad?
Trabajo para cumplir mis sueños, pero también sé escuchar a mi corazón. Soy muy perseverante, pero si las cosas no salen como espero, no me sigo estampando contra la pared. Si mi corazón me dice que siga luchando pues sigo, si me dice que no, pues es por ahí no es.
¿No te frustras?
En el tema laboral hay muchas puertas que se me han cerrado, pero creo que cuando algo es para ti no te lo quita nadie. Eso me da calma. Tengo un claro ejemplo de eso: cuando fui a ver «La Jaula de las Locas» con mi mamá, ella me dijo: “¡Ay hijita, cómo quisiera verte en una obra así!” Y yo le respondí: “Tranquila ma, todo va a llegar a su tiempo”. Y así fue. Después de un tiempo participé en «West Side Story» y ahora estoy ensayando para «Mamma Mia!».
A pesar de ser muy joven eres una mujer muy madura. ¿Siempre has tenido las cosas claras?
Nunca me ha gustado ser víctima. Cuando me pasa algo malo aprendo de esa experiencia. Pienso que me va a servir para no volver a cometer el mismo error y disfrutar más de mi vida.
Aprendes de los errores
Sí. Te puedes tropezar dos veces con la misma piedra, pero 10 ya es necedad. Si eso pasa, quiere decir que no estás prestando atención. ¡Es mejor equivocarse en otras cosas!
¿Y si las cosas que pasan no dependen de ti?
No me gusta sufrir. Yo lloro, me limpio las lágrimas y se acabó. Busco la solución y voy a eso. La clave de mi vida es ser feliz y eso es una decisión. Nadie dice que no voy a llorar, pero eso no va a ser más grande que mis ganas de ser feliz.
¿Haces mucho trabajo interior?
Hace cuatro años, tomé las riendas de mi vida y busqué ayuda para solucionar ciertas cosas que no me gustaban. Me dije: «¡Basta de echarle la culpa a mala suerte! Lo que debo preguntarme es: ¿por qué elijo estas cosas?». Y Dios puso en mi camino a un terapeuta al que amo con toda mi alma. Él me dice las cosas crudamente, sin anestesia. Yo recibo la información, la proceso y siempre saco un aprendizaje.
Dicen que hay que ser valiente para buscar ayuda
Sí, porque cuando haces terapia empiezas a remover los conflictos que están dentro de ti desde pequeña y eso no es fácil. Pero si quieres ser mejor, tienes que tener el coraje de afrontar lo que se viene.
¿Cómo fue tu infancia?
Era una niña muy tranquila, todavía lo soy. Mi mamá dice que tenía que sacarme todo con cucharita… Mi infancia no fue fácil, tuve muchos problemas familiares, pero siempre sentí que Dios me sostenía.
Siempre tienes a Dios muy presente. Cuando has pasado por momentos duros, como cuando tu hermano falleció, ¿tambaleó tu fe?
Al contrario. En ese momento Dios fue mi soporte para que no colapse, porque fue muy duro. Tenía grandes responsabilidades. Había que levantar a toda la familia y, además del dolor, teníamos que afrontar un problema económico.
¿Nunca le reclamaste por llevarse a tu hermano tan joven?
Para mí, Dios ya tenía estipulado que Lucho iba a vivir hasta los 26 años. Él era un chico especial, cuya misión era dar amor y alegría a los demás. Horas antes de que fallezca le pedí a Dios que hiciera lo que fuera mejor para él. Y tuve la sensación de ver a mi hermano echado, como si lo estuvieran cargando, pero con la cabeza abajo. En ese momento supe que algo pasaría ese día. Más tarde, mi mamá, que siempre le pedía a Dios que lo cure, le dijo: «Yo te entrego a mi hijo». Y mi hermano falleció. Es como si Dios nos hubiera esperado.
¿Cómo es tu relación con tu hermano ahora?
Mi hermano me cuida, estoy 100% segura de eso. Y está presente en todo momento, así lo siento. Antes de ir a la misa por el mes de su fallecimiento, soñé con él. Yo lo abrazaba y lloraba y él me dijo: “Escúchame, ¡yo estoy de puta madre! Tú eres la que no está tan bien… así que, ¡por favor!»
¿Y qué hiciste?
A raíz de eso fue que decidí hacerme cargo de mí, porque me di cuenta de que la vida es tan corta que tenemos que ser felices. Con esa filosofía empecé a resolver mis temas, y este cambio se ha manifestado hasta en mis relaciones. Ahora pienso que hay cosas que vale la pena discutir, pero otras que no. El tiempo va y no regresa y no vale la pena malgastarlo peleando.
¿Qué más has aprendido?
A vivir en el presente. Lo que pasa es que todos tenemos mucha expectativa con todo y eso no siempre es bueno. Las expectativas no te permiten vivir el día a día, disfrutar de lo que tienes. Porque, por ejemplo, si conoces a alguien y alucinas toda una vida con esa persona y eso no pasa, se derrumba todo lo que creías y eso hace que te duela más. Es mejor dejar que la vida te sorprenda.
¿Qué tanto te importa lo que piensan los demás de ti?
La opinión de los demás nos afecta porque queremos ser aceptados. Pero si sanamos esa carencia nos damos cuenta que lo único que importa es lo que tú sientes, cómo lo sientes y lo que tú quieres hacer. Mientras yo haga lo que me hace feliz no me interesa lo que digan.
Pero en tu caso, por ser un personaje público, todos creen que pueden opinar sobre tu vida
De mí han hablado muchísimas cosas. Voy a la discoteca, me pongo a bailar y me tildan de borracha. ¡Lo que no saben es que yo no necesito tomar alcohol para bailar así! Cuando salgo me divierto, esa es mi filosofía.
¿Cómo te sentiste cuando esto sucedió?
Me dolió que hicieran creer al público algo que no es cierto, pero esto me ha servido para madurar y darle a las cosas la importancia que realmente tienen. No puedo vivir encerrada ni callarle la boca a todo el mundo, igual van a hablar.
Lo importante es tener la conciencia tranquila…
Sí. Tengo claro que tengo el poder sobre las cosas y lo aplico. Tienes que estar en paz contigo misma, amarte y apreciarte, para poder estar bien con los demás.
Cultivas mucho tu espíritu. ¿Cómo cuidas tu físico?
Voy al gimnasio y me cuido por salud y para verme como me quiero ver, pero el físico no es algo que me obsesione, me miro muy poco en el espejo.
¿No eres vanidosa?
¡Yo debí nacer hombre! Prefiero estar en buzo y zapatillas. Soy coqueta, pero me gusta estar cómoda. Solo me incomodo para trabajar, porque como soy enana tengo que usar tacos. Como verás, ahorita me estás entrevistando y estoy en pijama, a diferencia de cuando hicimos las fotos.
¿Has sido insegura alguna vez?
Inseguridades sí he tenido. En mis relaciones no, pero alguna vez he hecho un casting y he pensado que no me van a llamar porque lo hice mal… Pero cada día soy más segura de mí misma, me acepto y confío más en mis capacidades.
Dices que uno viene a la tierra con una misión. ¿Has logrado descubrir cuál es la tuya?
Aún no. Pero trato de ir por la vida compartiendo mi alegría, dejando un poquito de mi amor en cada sitio que voy. Me siento una mujer bendecida y quiero compartirlo.
¿Cómo te ves de acá a 10 años?
A los 35 años me gustaría tener ya un hijo… Me encantaría tener 4, en realidad. ¡Yo puedo tener gemelos! Haber encontrado al padre también es importante… En cuanto al trabajo, me gustaría haber hecho otras cosas. Cine, por ejemplo, y más teatro. Y haber probado suerte en el extranjero también.
Otra cosa que quiero tener es un negocio propio, que se maneje bien y perdure en el tiempo. Aunque tuve que dejar de estudiar administración de empresas este ciclo por los ensayos de «Mamma Mia!», tengo proyectos en base a eso.
¿No piensas parar?
¡No! Soy una chica muy trabajadora, demasiado proactiva. No me duermo, siempre busco qué hacer.
Fotos: Renzo Díaz Agency
Maquillaje: Fernando García
Peinado: Alexander Sánchez
Styling: Fiorella Milla
Locación: Estancia Cuatro Tiempos.
Un agradecimiento especial a: EXIT, Sonia Araujo zapatos, José Miguel More, Andrea Valdivieso, Inés Aliaga y Marzio Díaz.
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