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    Entretenimiento

    Samuel y su vida de película

    Esta es la historia de un profesor de primaria, artista aficionado y gran fan de Disney que usa el poder de la edición digital para crear magia.

    Entramos a Instagram y ya sabemos que, querámoslo o no, en algún momento sentiremos envidia. Esta red social fue creada para eso ¿no? Todos seguimos personajes cuyos perfiles nos hacen pensar en lo mucho que nos falta por hacer/conocer/comer y en lo no tan agraciados que somos… pero bueno, después de un suspiro y una pequeña conversación con nosotros mismos llegamos a la conclusión de que, si nos esforzamos un poco, podríamos llegar a tener una vida igual de perfecta… Hasta que llegamos a la página de Samuel.

    Samuel sí que tiene la vida soñada. Si alguien ha cumplido sus sueños de niño (los de todos en realidad) es él. Limpia su casa con la ayuda de Blanca Nieves y sus animalitos, arma el árbol de Navidad con Bella, Lumière, Din Don, Chip y la señora Potts, y, como sucede en las mejores familias, se pelea con Tarzán por el último donut. Claro, también tiene tiempo para el relajo. Comparte rutinas de belleza con Gastón y Cruella de Vil, mira películas bien acompañado de los 101 Dálmatas, organiza divertidas pijamadas con el príncipe Eric, Ariel, Cenicienta, Mulan, Pocahontas, Milo, Aurora, Hércules y Esmeralda, y se toma un baño con Timón, Pumba y Simba, por nombrar solo algunas de sus actividades cotidianas. Eso sí que no lo podemos superar. Nadie.

    Todo comenzó cuando Samuel era adolescente y veía a su padre, que es artista y tiene una empresa de figuras de porcelana, usar Photoshop. “Como tiene mucho sentido del humor, hacía montajes muy divertidos con amigos y familiares, entonces yo quería hacer lo mismo. Empecé a hacer montajes de todo tipo y, con los años, al crearme Instagram se me ocurrió hacer uno de Disney. Vi que gustó mucho y decidí continuar con ello”, cuenta.

    En realidad, estas ganas de convivir con sus personajes favoritos viene de años atrás, cuando veía ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, una de las películas que lo marcó de niño. “Me gustaba mucho esa combinación entre animación y acción real. Recuerdo que me daba mucha envidia ver a los seres humanos interactuando con personajes de dibujos animados”, confiesa. “Entonces, con los años se me ocurrió hacer el montaje con algunos personajes. Había hecho algunos de otro tipo con los Simpson, con Pokemon… y un día se me ocurrió hacerlos de Disney”.

    Como no podía ser de otra manera, sus fotos se viralizaron rápidamente. Todos los que usamos a nuestros hijos y sobrinos como excusa para pasar la tarde viendo las películas de Disney o nos volvimos coleccionistas para poder comprar los muñecos sin sentir culpa ni ser juzgados, conectamos de inmediato con Samuel. Solo entren a su perfil y verán que no pueden dejar de escrolear.

    “La verdad es que todo esto me ha llevado a una situación que no me esperaba en absoluto porque de un día para otro empezó a seguirme mucha gente de muchísimas partes del mundo. Ha sido una situación muy surrealista pero al mismo tiempo muy bonita porque me han escrito cosas preciosas sobre mi trabajo. Se agradece ver que cuando dedicas tanto esfuerzo a una cosa y la gente la ve reacciona positivamente. Me he llevado muchas alegrías con esto”, cuenta.

    A pesar de su éxito, no se considera un experto en Photoshop. Él es maestro de primaria y este es su pasatiempo favorito. La inspiración le llega por todos lados y en cualquier momento. “Hay veces que me ocurren cosas y pienso: esto sería divertido hacerlo con personajes Disney. Hay veces en las que estoy viendo las películas y encuentro algún momento que me gusta y quiero plasmarlo en la vida real”, agrega.

    Una vez que tiene pensada la escena decide quienes lo acompañarán. A veces sabe de inmediato qué personajes quiere que aparezcan, otras veces elige a los que cree que quedarán más graciosos. Cuando ya escogió a los protagonistas busca en las películas las imágenes que necesita. La gran mayoría de veces las interviene, combina diferentes fotogramas para que los personajes tengan la expresión y postura que necesita.  Las locaciones son reales, la mayoría de las imágenes son de su departamento, algunas otras son de la casa de sus padres y las que son en la naturaleza son hechas alrededor de su pueblo. Es un trabajo de edición que disfruta aunque le cuesta mucho hacerlo porque no es dibujante.

    “He seguido creando estas fotos porque me gusta mucho Disney y me motiva editar, me divierte. Cuando tengo un ratito libre me gusta hacerlo y si aparte de eso consigo que la gente se ría pues es doble motivación”, cuenta. Samuel sabe lo importante que es ponerle la cuota de humor a todo. Esto incluye, por supuesto, su trabajo.  “Intento que mis clases sean divertidas porque creo que es muy importante que los niños sobre todo en la educación primaria vayan motivados al colegio. Aunque es difícil porque preparar ese tipo de actividades requiere muchas horas, sí que intento hacer algo similar a lo que vemos en mis fotos para despertarles el ánimo y el interés”, cuenta.

    ¿El consejo para todo el que quiere difundir su arte pero no se atreve? “Por lo que he vivido les diría que compartir el arte con los demás es una experiencia muy bonita. Primero, porque aprendes mucho, porque como recibes comentarios positivos recibes críticas, pero eso ayuda a mejorar y seguir creciendo. Y, también, porque lo que haces puede resultar muy inspirador a otras personas. Desde que empecé con esto he recibido fotos de mucha gente que ha creado las suyas inspiradas en las mías y es muy bonito. Sí animaría a la gente a compartir sus proyectos porque nunca se sabe lo que va a pasar… y normalmente suelen ser cosas buenas», finaliza.

    Pueden seguir a Samuel, aquí: samuelmb1991

    Por Sandra Roncagliolo

    lunes 1 de febrero, 2021